lunes, 24 de junio de 2013

Capítulo 3.

Me levanté muy pronto, había tenido una pesadilla y me desperté muy agitada, después de eso no pude conciliar el sueño así que, decidí prepararme el desayuno y vestirme tranquilamente. Me preparé un par de tostadas con mermelada de frambuesa y un zumo de naranja, me senté en la barra de la cocina y comencé a desayunar lentamente y me paré a pensar en que hoy era el día de la reunión en Hall Cross, se me había olvidado totalmente pero, sinceramente tenía muchas ganas de volver a ver a mis amigos de la infancia, aquellos con los que había compartido muchas risas pero también algunos malos momentos. Sin darme cuenta ya había devorado mi par de tostadas y mi zumo estaba plantado frente a mí, lo cogí y de un gran trago me bebí todo el contenido, el zumo de naranja siempre me había gustado demasiado.  Me levanté y caminé hacia mi cuarto para coger mi ropa primero, cogí mi ropa interior y luego rebusqué en mi armario y acabé cogiendo un jersey de punto, unos jeans ajustados y  unas botas color camel. Con toda esta ropa sobresaliendo entre mis brazos me dirigí a darme una ducha.
Mis pantalones de pijama cayeron al piso, luego una de esas camisetas grandes con las que solía dormir y por último cayó mi ropa interior, que empujé hacia un lado con mi pie, con un pequeño saltó entre en la ducha, giré el grifo de el agua caliente, pronto esta se deslizó sobre mi piel, alcancé el bote del champú y empecé a lavar mis largos cabellos, luego cogí el gel y me lavé.  Aún dentro de la ducha cogí mi toalla color verde lima y la enrollé sobre mi desnudo cuerpo, me giré y empecé a vestirme, luego cepille mi melena y la sequé con mi secador, me dejé el pelo al natural, nunca me había gustado dañarlo alisándolo con las planchas o utilizando algún otro producto.
Caminé hacia mi habitación y me puse a coger todos los folios de apuntes de la universidad que tenía desordenados sobre mi escritorio y los guardé en mi archivador, Cogí mi bolso, metí las llaves de la casa y las del scooter, y salí fuera de mi casa. Me monté en el scooter y empecé a conducir hacia la universidad, me esperaba otro pesado día de estudio

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Di un portazo y corrí hacia mi cuarto, me tiré en la cama y cerré los ojos, este día había sido agotador, tantas cuentas, operaciones, fechas, textos no debían ser sanos para mí, Ahora mismo solo quería dormir un rato y descansar y justo cuando estaba cayendo en  los brazos de Morfeo algo hizo que abriese mis ojos bruscamente, dentro de una hora tenía la reunión de antiguos alumnos, madre mía lo había olvidado totalmente. Me levanté de la cama y me froté los ojos intentando espabilarme un poco. Decidí darme una ducha rápida, me recogí el pelo en una moño despeinado y me fui a darme una ducha.

Después de darme la ducha, me encontraba en ropa interior frente el armario pensando en que ponerme, algo que siempre ha sido un dilema para todas las mujeres, pasé las manos entre mi ropa y escogí una blusa blanca con detalles de encaje, pantalones marrones ajustados, una chaqueta vaquera clara y unos tacones marrones. Me vestí rápidamente y me puse frente el espejo, se me presentaba otro dilema ¿Qué me hacía en el pelo? Decidí no agobiarme mucho y simplemente me dejé el pelo suelto y me hice dos finas trenzas en los lados que recogí con unas horquillas en la parte trasera de mi cabeza. Fui al armario para coger mis cosméticos, me puse un maquillaje natural, tampoco quería pasarme de la mano en ese tema.
Salí de casa, el seco frío de Enero azotó mis mejillas que inmediatamente se sonrojaron, caminé rápido hacia mi scooter, me monté en ella y empecé mi camino hacia Hall Cross.

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Torpemente abrí la puerta de la clase en la que supuestamente se encontraban todos mis compañeros de escuela.
-Ho-Hola- dije
-Tome asiento, por favor- pronunció una mujer mayor con el pelo recogido en un peinado formal.
Reconocí su cara era Mrs. Brook, estaba mucho más mayor pero aún mantenía esa mirada simpática que tranquilizaba a cualquier niño en medio de un llanto. Le hice caso y comencé a andar hacia una mesa libre justo en ese momento vi a el chico de ojos azules y pelo despeinado que me crucé en la pizzería sentado al fondo de la sala, aquello no podía ser cierto , justamente de eso me sonaba su cara pero aún seguí sin saber quién era, seguí caminando hacia un sitio libre al lado de una chica de aspecto poco amistoso, sentía como aquel chico extraño me miraba, giré mi cabeza y ahí estaba él mirándome con una sonrisa graciosa posada en sus labios, fuera quién fuese él si se acordaba de mí y muy bien al parecer.
-Y bien si no me equivoco tú eres la pequeña Sam Bentley ¿no?- dijo Mrs. Brook
- Usted está en lo cierto Mrs. Brook- le sonreí
-Veo que aún me recuerdas, has crecido mucho Sam y debo decir que te has convertido en una chica muy apuesta- comentó
-Oh, gracias- me sonrojé

Siempre había sido muy tímida y más en situaciones como esta, cuando me sentía observada me ponía muy nerviosa y me sonrojaba fácilmente.
-Bueno pues sigamos con la reunión- dijo con una sonrisa.
Comentamos temas de todo tipo, desde las trastadas que hacíamos cuando éramos niños hasta todas aquellos buenos momentos que pasamos juntos. La charla en general fue muy amena y disfruté mucho, volví a ver a algunos compañeros y me alegré mucho al saber que tenían un buen recuerdo de mí. La reunión terminó y yo me levanté de mi sitio y empecé a recoger mi bolso y a guardar algunas fotos que nos habían dado como recuerdo de nuestra infancia. Justo cuando me giré me encontré a el chico de ojos azules mirándome con una sonrisa. Solté un pequeño grito, me había asustado, no me lo esperaba ahí.
-Hola- rió
-¿Hola?-sonreí
-Veo que no te acuerdas de mí- dijo
- La verdad es que no, lo siento- le dije
- ¿No recuerdas a aquel molesto niño que te gastaba bromas a todas las horas del día?
- Espera, tú eres Leo… um no, Louis, Louis Tomlinson- exclamé riéndome
- Sí ese soy yo- rió
-Cuando era pequeña te encantaba chincharme- sonreí
- Tonterías de niños- rió
-Sí
-¿Por cierto por qué te mudaste cuando tenías diez años?
-Fueron cuestiones de trabajo, pero después de sacar los estudios obligatorios en Conventry me di cuenta de que no estaba agusto allí y decidí mudarme aquí y sacar mi carrera de gestión administrativa.
-Ah y ¿Dónde estás viviendo?
-Cuando nos mudamos mis padres no vendieron nuestra casa y bueno ahora he vuelto ha vivir allí.
-Comprendo- me dijo
-Me tengo que ir Louis, se me hace tarde
-Oh bueno, te acompaño afuera
-Vale
*Narra Louis*
Salimos de la clase y caminamos hacia afuera. La pequeña niña con el pelo rubio sobre los hombros que conocía se había convertido en una hermosa chica con una larga melena de color caramelo y unos enormes ojos azules. Llegamos a la calle y recé con todas mis fuerzas para que no hubiese ningún paparazzi, aunque mi grupo acaba de comenzar nuestro primer tour hemos tenido un gran impacto en el mundo musical, ahora mismo no quería encontrarme con ninguno de ellos porque no quería incomodar a Sam. Estaba distraído cuando la oí.
-¿Qué?- pregunté
-Mi scooter está aparcada ahí en frente ya puedo ir yo sola- me sonrió
- Ah vale pero, espera Sam te quiero dar mi número y a ver si algún día podemos seguir nuestra conversación ¿vale?
- Vale- sonrió
Nos intercambiamos los números de móvil y nos despedimos, seguí caminando hasta que vi mi coche y me subí a él. Aquella chica tenía algo especial y, que me gustaba.
*Narra Sam*

Conducí mi scooter hasta llegar a mi casa, me bajé de ella y entré en casa, tenía una sonrisa en mis labios y no sabía el por qué , subí a mi cuarto y me puse el pijama pronto estaba acostada en la cama, y por algún extraño motivo me dormí pensando en aquel chico que hasta hace pocas horas me resultaba un extraño.

1 comentario:

  1. comoooo molaaaaaa y seguroo que caban juntoss o eso esperooo acen tan buena pareja!!!!! te quieroo y mil besoss <3 :D

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