miércoles, 21 de agosto de 2013

Capítulo 24. MARATÓN.

*Narra Sam*

Sentía la fría brisa de la mañana entrando por las rendijas de la persiana, estábamos a principios de Marzo pero aún seguía haciendo frío, estaba hecha un revoltijo entre el edredón y las sábanas sin ganas de levantarme ya. La melodía de mi móvil sonó, había recibido un mensaje, me resigné a levantarme, solté un gran bostezo y me desperece lentamente intentando espabilarme. Me levanté de la cama y cogí mi móvil para ver aquel mensaje.

'Levantate ya dormilona, por fin llegó el día ¡NOS VAMOS A LONDRES! Ahora baja y ábreme la puerta aquí hace mucho frío'.

Una sonrisa apareció en mi cara, no había olvidado para nada que hoy nos íbamos a Londres, al fin juntos. Me fije en el final del mensaje 'Ahora baja y ábreme la puerta' ¿Estaba fuera? Ríendo bajé las escaleras con el móvil en la mano, atravesé el salón y abrí la puerta.

¡A buenas horas bajas! Con el frío que hace aquí fuera, ahora me vas a tener que preparar un caldito- dijo mientras entraba dentro
-Hola ¿no?- le pregunté aún sosteniendo la puerta
-Hola- dijo ríendo mientras se sentaba en el sofá
-Bueno ahora ¿Puedo volver a mi cuarto y dormir plácidamente?- puse una cara de cachorrito
-No- rió
-Eres malo para mí- suspiré
-¡El peor!- gritó ríendo
-Voy a subir a mi cuarto a vestirme- reí

Del armario saqué una camiseta roja oscura ancha, un mono vaquero y mis converse blancas. Me vestí y luego me recogí un moño despeinado, algo para estar cómoda, nos quedaba un largo viaje y día de limpieza por delante. Volví a bajar al salón, pero Louis no estaba allí, entré en la cocina. Él estaba sentado en un taburete alto comiendo un par de tostadas con mantequilla, le miré ríendo.

-¿Qué? Tenía hambre- dijo con la boca llena
-Estas hecho todo un caso- me acerqué y le di un beso en la mejilla

Abrí el frigorífico y saqué el brick de leche y un poco de bizcocho de chocolate, me senté al lado de él y comencé a desayunar.

-¿A qué hora llegan los de la mudanza?- pregunté

Miré hacia el salón, todas mis cosas estaban metidas en cajas y todos los muebles tapados con sábanas preparados para los próximos inquilinos de la casa, iba a dejar atrás muchos recuerdos tanto de mi infancia cómo de estos últimos años pero a partir de ahora me esperababa toda una lista de recuerdos increíbles junto a Louis.

-Llegan a las diez, justo dentro de una hora- me dijo Louis

Faltaba solo una hora para irnos a Londres, para comezar nuestra propia vida, junto a él, un cosquilleo estaba posado en mi estómago desde ayer por la noche, estaba muy feliz por todo esto, a partir de ahora sólo seríamos él y yo, sin barreras, sin la distancia.

-Te quiero- le cogí la mano a Louis y le di un pequeño apretón
-Yo también Sam- me dio un corto beso

Los dos terminamos de desayunar y metimos en las cajas algunas cosas que faltaban por recoger, sin darnos cuenta la hora había llegado, eran las nueve, se escuchó el claxon del camión de la mudanza. Un par de trabajadores empezaron a coger las cajas y meterlas en el camión, ahora la casa estaba vacía, totamente vacía. Louis había ido a hablar con los de la mudanza, yo estaba parada en la puerta principal mirando a mi alrededor, me vi a mi con siete años correteando por el salón mientras mi padre me perseguía, con cinco años cuando mis primos vinieron a pasar la vacaciones a Doncaster, pero todo eso ahora eran sólo recuerdos, recuerdos que siempre se quedarían en mi mente. Le di una última mirada a mi casa y cerré la puerta, sin darme cuenta una pequeña lágrima se me había escapado, la emoción. Estaba andando hacía Louis mientras me secaba esa lágrima, él se acercó preocupado.

-¿Qué te pasa cariño?- me abrazó por la cintura
-Nada Louis, sólo que estaba pensando en todos los recuerdos de esa casa, nada más- sonreí
-¿Entonces estás bien?- preguntó aún sin creerselo mucho
-Sí, de verdad no te preocupes- le di un beso

Los dos caminamos de la mano hacía el coche, el camión de la mudanza ya estaba listo, nos subimos al coche y Louis arrancó, las casas se desvanecían rápidamente a nuestro paso, íbamos dejando atrás a los arboles y las personas que iban caminando por la acera eran sólo unos espectros que se perdían en el aire. Él aceleró un poco más la velocidad y ahora sólo se distinguían unas pequeñas manchas de colores que correpondían a las antiguas casas del pueblo, yo estaba mirando todo esto a través de la ventanilla, dejando atrás todos esos recuerdos.

Hasta pronto Doncaster.

******************

-¿Puedo abrir ya los ojos?- tenía los ojos cubiertos con mis manos
-Espera, sólo unos pocos pasos más- Louis tenía sus manos en mi cintura y me estaba guíando
-Vale- reí
-Ya- no le vi pero sabía que estaba sonriendo

Me quité las manos de los ojos y entonces una enorme casa apareció ante mí, el exterior pintado de un color tierra, varias ventanas adornaban la casa, un jardín situado en la parte delantera de la casa, una chimenea se asomaba en el tejado de la casa, eso era perfecto para las noches frías de invierno, esa casa era impresionante, me encantaba.

-¿Te gusta?- Louis tenía una sonrisa enorme en sus labios
-Louis es perfecta- pronuncié aún asombrada
-Pues a que esperas, vamos a entrar- me dijo y me cogió de la mano

Recorrimos un pequeño camino de piedras que llevaba a la puerta principal, detrás de nosotros se cerró una verja, seguridad pensé, Louis sacó unas llaves de su bolsillo y las introdujo en el gran portón. Él abrió y un enorme salón apareció ante mi vista, las paredes estaban pintadas de un gris perla con sofales de cuero, varias mesas de caoba con sus respectivas sillas, una televisón de un tamaño considerable y muchos más muebles que contrastaban perfectamente. Las paredes estaban cubiertas de fotografías, había fotos de él con amigos, con su familia, pero sobre todo con los chicos. Había una que me encantó, ellos cinco de espaldas en el escenario y miles de fans llenando el estadio sólo para escucharles, increíble.

-Los de la mudanza aún no han llegado, tardarán un poco más- dijo él
-Seguramente- le respondí mientras seguía observando la casa
-¿Quieres ver nuestra habitación?- él sonrió
-Claro que sí- le dije
-Vamos- él me cogió de la mano y empezamos a subir la escaleras

Había una enorme pasillo con varias habitaciones , nosotros caminamos a través de este, entramos en el último cuarto de todo el pasillo, las paredes pintadas en color marrón claro, una enorme cama con un edredón de color blanco y varios cojines en distintas tonalidades del marrón, iban del más claro al más oscuro, había un pequeño vestidor dónde estaba parte de la ropa de Louis. Me fije en que la pared en la que estaba en el cabecero de la cama estaba sin cubrir sin ningún cuadro o alguna otra cosa.

-¿Ves ese vacío en la pared?- señaló a lo que yo acaba de ver
-Sí- le miré
-Es para colocar un cuadro con una foto de nosotros dos- él sonrió

Yo le abracé fuertemente, escuchaba los latidos de su corazón, ese sonido siempre me había tranquilizado, él me acariciaba la espalda. Le miré directamente a los ojos y le besé con calidez, el roce de nuestros labios produciendo mariposas en mi interior, nunca me hartaría de besarle, sus besos eran una especie de necesidad para mí.

-Ahora no podría estar más feliz- le dije sonriendo

*Narra Louis*

Los dos habíamos comido y ahora estábamos limpiando la casa, yo estaba barriendo todo el salón y Sam estaba limpiando los muebles de nuestra habitación. Los de la mudanza llegaron al mediodía y dejaron todas las cajas, Sam ya había ordenado toda su ropa y demás. Estoy tan feliz, al fin los dos podemos estar juntos, todo el día disfrutando de nuestra compañía, solos, sin nadie que nos moleste, Sam y yo estábamos completamente enamorados él uno del otro y ahora sólo podía pensar en besarla, abrazarla y tenerla entre mis brazos todo el día.

-¡Louis! Estoy muy cansadaaaaaaa- la escuché gritar desde la habitación

Lentamente subí las escaleras para que no me escuchase, caminé hacia nuestra habitación, 'nuestra habitación' que bien sonaba eso, entré en el cuarto y la vi tirada boca abajo en la cama, caminé hacia ella y cuando estaba cerca me tiré encima.

-¡No! Me vas a aplastar- dijo entre risas
-¿Seguro?- la rodeé con mis brazos
-Seguro- ella se giró ríendo hacía mí para mirarme directamente a los ojos
-Tonta- le dije

Tenía mis brazos a cada lado de su cintura y me acerqué para besarla, rocé mis labios con los de ella sin llegar a besarla, ella pasó sus brazos por detrás de mi cuello y me atrajo fuertemente, me besó con ganas, nuestros labios irradiando calor, nuestras lenguas estaban enredadas en un juego mientras me besaba. La temperatura empezó a subir, y yo sabía perfectamente lo que aquello conllevaba, seguíamos besandonos pero en un momento dado Sam se separó y me miró con una débil risita.

-Tenemos que seguir limpiando- me dio un besito en la nariz mientras reía
-Lo dejaremos para otro momento- le sonreí pícaro y le di un corto beso

Me quité de encima de ella, luego me sacudí los vaqueros y le di la mano para ayudarla a levantarse de la cama, ella me sonrió y pasó por mi lado, se agachó y recogió el paño que estaba tirado en el suelo y se puso a limpiar el armario. Me miró de reojo y me sonrió, sus ojos azules me cortaban la respiración y su sonrisa hacia que el pulso se me acelerase, ella eran ta preciosa con esa expresión angelical, pero a la vez era tan sexy y ardiente cómo el propio infierno.

-Voy a seguir limpiando- dije ríendo resignado
-Ánimo- ella me guiñó un ojo

*Narra Sam*

Estaba terminando de maquillarme frente al espejo de uno de los espaciosos cuartos de baño que había en la casa, Louis y yo íbamos a dar un paseo por Londres, me había puesto una falda de tubo negra ajustada que me quedaba por encima de la rodilla, una blusa blanca suelta, unos tacones negros con detalles dorados y un collar metalico color dorado también. El pelo me lo había dejado al natural con mis débiles ondulaciones estilizando mi melena, mi pelo era más bien liso pero con la humedad se ondulaba un poco.

-Sam ¿Has terminado ya? Por dios, llevas más de quince minutos maquillandote- escuché decir a Louis desde la planta baja
-Ya voy impaciente- le respondí alzando la voz

Justo había terminado de maquillarme, hoy me había puesto algo más especial, un pintalabios rosa chicle, sombra de ojos, eyeliner, rimel y colorete, guardé todo en el estuche y salí del cuarto de baño. Sentí cómo Louis me atravesó con la mirada, le miré y sus ojos azules estaban echando chispas.

-¿Hoy no podemos quedarnos en casa y salir otro día?- preguntó mientras me atravesaba con la mirada
-No- reí
-¿Crees qué si te vistes así me puedo resisitir a ciertos instintos?- rió
-Creo que eres tonto y que por una noche podrás resistir- dije cuando llegué asu lado
-Bueno, al menos dame un beso ¿no?- puso cara de cachorrito
-Los que quieras- le di un corto beso
-Por cierto, tú también estás muy guapo- le guiñé un ojo y el rió

Llevaba puesto unos pantalones azul marino, una camisa blanca con sus típicos tirantes y unas Toms a cojunto, realmente estaba muy guapo. Nos cogimos de la mano y salimos de casa, comenzamos a pasear bajo la noche londinense, me fije en que desde la casa de Louis se veía parte de la torre del Big Ben, aquello era una buena vista.

-El otro día me despedí de las chicas- pronuncié pesadamente
-¿Cómo se lo tomaron?- me preguntó
-Estaban trsites pero se alegraban mucho por nosotros dos- le respondí

*Flashback*

El silencio se apoderó de la habitación, mis amigas paradas frente a mí mirandome sin saber que decir, vi cómo los ojos de April se empezaron a empañar cada vez más y más hasta que las lágrimas empezaron a caer. Ella se levantó y me abrazó fuertemente.

-April por favor no llores- dije con mi voz temblando débilmente
-Te voy a echar de menos tonta- dijo medio sollozando
-Y yo también cielo- dije
-¿Cuándo te vas?- dijo ella mientras se separaba limpiandose las lágrimas
-Mañana- pronuncié

Me fije en que Zoe y Susan seguían en shock, sin asimilar lo que había dicho, permanecieron sentadas en el sofá mirandonos sin saber que decir.

-¿Vais..? ¿Vais.. a vivir juntos en Londres?- dijo Susan aún sorprendida
-Exactamente- dije
-Te voy a echar mucho de menos Sam, la universidad sin tí no va a ser lo mismo- miró hacía el suelo
-Yo no sé que decir- dijo Zoe
-¿Qué te pasa?- le pregunté
-Mi mente sigue sin creerse el hecho de que mañana te vayas, es joder perder a una de mis mejores amigas en un chasquido de dedos- dijo aguantando el llanto
-Pero no me vais a perder chicas, sé que no va a ser lo mismo, pero la familia de Louis sigue viviendo aquí y yo también tendré que venir a la universidad varias veces para arreglar papeleos, cada vez que venga a Doncaster no dudéis que yo voy a venir a veros- dije
-Y bueno enhorabuena, me alegro por vosotros dos- dijo April
-Felicidades- dijeron Zoe y Susan
-Pero cómo él te haga daño..- rió April

Todas empezamos a reír, seguían síendo mis amigas, esas tontas con las que podía pasar horas y horas ríendo, llegaba el momento de decir adiós, a mí también me dolía mucho separarme de ellas, pero había que hacerlo. Pronto volvería a verlas.

*Fin del Flashback*

Louis y yo habíamos llegado a la zona del centro, todo estaba repleto de gente ríendo y paseando, parejas enamoradas cómo nosotros dos, familias que iban caminando de la mano con sus hijos pequeños, este lugar tenía algo que era mágico, las luces de colores adornandolo todo, los majestuosos monumentos que se erguían sobre Londres, era todo, todo lo de aquí me encantaba. Yo seguía mirando un antiguo edificio que había sido cubierto por las enredaderas cuando sentí la mano de Louis separarse de la mía, le miré y le vi cogiendo a una niña pequeña en brazos mientras una mujer les echaba una foto, era una escena muy tierna. Cuando el volvió le miré con una enorme sonrisa.

-¿Qué?- él rió
-Lo que acabas de hacer era muy tierno- sonreí
-Bueno, ella me ha pedido una foto nada más- rió
-Ya, pero era una niña pequeña y no sé, se te veía tan lindo con ella en brazos- reí
-Sentimental- dijo y me dio un beso en la mejilla

La noche transcurrió rápidamente, estuvimos paseando por el centro de la ciudad entre risas, besos y nuestras típicas tonterías, y cuando mis pies, por culpa de los tacones, ya no podían dar más de sí volvimos a casa.

-¡Qué alguien me corté los pies por favor!- grité ríendo mientra me quitaba los tacones dentro de la casa
-¿Tanto te duelen?- preguntó Louis
-Anda con unos de estos- señalé los tacones- toda la noche y luego me cuentas- reí
-No gracias, me quedo con mis zapatos- él rió

Subí a la habitación y me quité toda la ropa para ponerme unos pantalones de pijama cortos a cuadros y una camiseta ancha de las que uso para dormir, Louis subió luego y también se puso cómodo para dormir. Me recogí una cola alta y me metí en la cama, sentí cómo el colchón se hundió un poco más con él peso de Louis cuando el se acostó, me giré hacia él.

-Buenas noches- sonreí
-Buenas noches preciosa- me dio un corto beso
-Creo que ahora mismo soy la mujer más feliz del mundo- suspiré
-Por compartir cama conmigo ¿A que sí?- subió y bajó las cejas mientras tenía una media sonrisa
-No tonto- le di un débil puñetazo en el hombro mientras los dos reíamos a carcajadas en mitad de la oscuridad
-Nos queremos, estamos juntos en mi ciudad preferida sin nadie que nos moleste, la distancia ya no es un problema, puedo seguir mis estudios aquí..¿Le ves algún defecto a todo esto?- pregunté sonriente
-La verdad es que no, yo también estoy muy feliz- sonrió y me abrazó contra su pecho
-No te muevas ni una milésima, quiero dormir así toda la noche- le dije mientras me abrazababa más fuerte a él
-Te quiero Sam- vi el brillo de sus ojos chispeando en la oscuridad
-Yo también Louis, me quedaría así para siempre- susurré

2 comentarios:

  1. Aggg!! Me encantó. Bueno sigo leyendo la maraton, por lo que veo, debee de estar emocionante! Sigue escribiendo asi, me encantas<3
    Besoooss, Ana.

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